San Juan de los Reyes


San juan de los reyes - Ramón de Mesonero Romanos - 1836
San juan de los reyes - Ramón de Mesonero Romanos - 1836

Este suntuoso monumento, que, como la catedral pertenece al género de arquitectura gótica-gentil es indudablemente uno de los edificios que más renombre han dado a Toledo.

 

Levantado en la época más floreciente de la monarquía castellana, despierta á la vista del entusiasta viajero recuerdos de altas y difíciles empresas, llevadas á cabo felizmente por nuestros mayores, al paso que está acusando con sus escombros el vandalismo del presente siglo y más que todo la envidia de una nación vecina, que mientras lanzaba sobre el pueblo español las más injustas calificaciones destruía con el hierro y el fuego las más preciadas joyas de sus artes. Hablamos del incendio sufrido por San Juan de los Revés en la época de la invasión francesa en esa época en que á la sombra de las águilas imperiales parecía no levantarse las lises para quebrantar el yugo de antiguos errores pretendiendo llevar las luces por toda Europa y mostrar al mundo el triunfo de su filosofía.

 

Mentira parece que las huestes de aquellos mariscales, cuya cultura é ilustración nadie osará poner en duda, se ensañaran de una manera tan bárbara con unos edificios, que no podían tener para ellos mas de malo que el haber sido erigidos por los vencedores de Cirinola y de Pavía  mentira parece que los soldados de Napoleón vinieran á España para repetir las escenas de los Atilas y Gensericos. Pero es por desgracia demasiado cierto : á esa nación cuyos escritores aprovechan cuantas ocasiones tienen para zaherirnos, á esa nación que tan amante y solícita se muestra de sus glorias, debemos en Toledo la ruina de San Juan de los Reyes y de otros edificios dignos del mayor aprecio.

 

La iglesia y el convento, conocidos con el referido nombre, fueron debidos á la piedad cristiana de los reyes católicos. Deseosos de cumplir el voto que habían hecho al verse aquejados por la guerra de Portugal cuyo monarca defendía los derechos de doña Juana la Beltraneja y libres ya de semejante enemigo, pensaron en levantar un templo que, rivalizando hasta cierto punto con la Catedral, fuese un padrón eterno de las mercedes que habían recibido en aquella guerra. Fue la primera idea de Isabel y de Fernando erigir en Colegiata aquella iglesia dotándola de crecidas rentas para la manutención del culto y de los colegiales, y poniendo en ella sus enterramientos. Pero luego que el arzobispo y el cabildo catedral supieron este intento, rogaron á los reyes que desistieran de él encarecidamente si bien nada hubieran obtenido, á no haber cambiado muy en breve el aspecto de las cosas, llamando su atención vivamente otros asuntos de mayor importancia y del más grande interés para ambas coronas.

 

Comenzase entretanto la fábrica, Ahora se sabe que la dirección de la Obra fue llevada por Juan Guas, (No obstante, su nombre no aparece citado hasta 1853, tras el hallazgo de una inscripción situada en la capilla de la iglesia de San Justo y Pastor de Toledo), Sospechase no obstante que debieron dirigir esta obra Maese Rodrigo y Pedro Gumiel, maestros de la Santa Iglesia, los cuales se ocupaban en aquella época en hacer otras no menos importantes.

 

Sea de esto lo que quiera y sintiendo nosotros que la incuria de nuestros abuelos nos haya privado de tan interesantes noticias, baste saber que en 1476 estaba ya concluido el monasterio, siendo en el siguiente año habitado por religiosos observantes de la orden de San Francisco. Hiciéronles los reyes católicos toda clase de donativos enriqueciéndolos con una numerosa y escogida biblioteca en la cual se contaban multitud de manuscritos de gran precio y otros documentos muy interesantes para las artes, las letras y la historia. Pero este rico depósito de preciosidades, verdaderamente regio fue saqueado en 1808 por nuestros ilustrados vecinos de allende los Pirineos siendo pasto de las llamas cuántos libros y códices habían logrado escapar de su bárbara codicia. Borrón es este que manchará por siempre el nombre francés y que nunca tendrá una disculpa plausible!!!

 


Traza original de san juan de los reyes por Jua Guas, Museo del Prado
Traza original de san juan de los reyes por Jua Guas, Museo del Prado

 

Está, pues, situado el monasterio de San Juan de los Reyes en la parte más occidental de Toledo no muy distante de la puerta del Cambrón y del puente de San Martin. Forma en la parte exterior un cuadrilongo presentando su portada en el lado del Norte y quedando al mediodía su bellísimo claustro. Trazó dicha portada Alonso de Covarrubias si bien no se termino hasta el año de 1610 época en que ya se había perdido enteramente la costumbre de construir según el gusto gótico por lo cual no pudo menos de sufrir grandes modificaciones el diseño de Covarrubias. Compónese de un cuerpo de cuatro columnas, adornado de capiteles, cornisas guarda polvos y repisas, viéndose en la archivolta dos estatuas de piedra y otras dos en cada uno de los intercolumnios. Sobre la clave del arco que da entrada á la iglesia, se hallan los yugos distintivo de los reyes católicos que quebrantaron el sarraceno, y encima de ellos se levanta una estatua del Salvador notándose á sus lados dos reyes de armas. Es toda esta escultura de bien escaso mérito así como la portada, advirtiéndose ya los preludios de la decadencia total que á las artes.

 

Decoran el ábside dos cuerpos sobrepuestos de buen gusto, que rematan con un antepecho calado, viéndose en la del norte una gran ventana que da luz al crucero, la cual aparece adornada, de junquillos y labores exquisitas presentando en su archivolta dos estatuas de buenas proporciones. Rodean todo dicho ábside seis grandes pilares que terminan con ornatos de crestería ostentando en su centro reyes de armas, mutilados á balazos por los soldados de la nación vecina; y embelleciendo sus entrepaños multitud de cadenas brillante trofeo de la conquista de Granada en que fueron redimidos los cautivos cristianos que yacían sumidos en las mazmorras sarracenas. Al llegar á este sitio se nos viene á la memoria la octava en que alude Valdivieso en su Sagrario de Toledo á este templo y á estas cadenas dice de esta manera:

 

Mira que erigen con piadosas leyes

Un templo que glorioso se intitula

San Juan por sus grandezas de los Reyes,

De cadenas cercado de cautivos,

Que en Málaga rescatan semi-vivos.

 

 

La impiedad del presente siglo ha puesto en estos sagrados despojos Su mano profanadora, y gran parte de las cadenas que eran vistas por todos los viajeros con un respeto religioso se arrastran ahora por el suelo en el paseo de Bisaqra, con mengua de la generación presente y para mas oprobio del nombre castellano.

 

La planta de la iglesia, destinada felizmente á parroquia es de cruz latina. Consta de una sola nave que concluye con un semicírculo en su cabecera, y presenta en su cuerpo principal seis arcos laterales de que hablaremos después. Dividen el crucero del cuerpo de la iglesia dos gallardos pilares, sembrados de ricos ornatos y estatuas de grande mérito, viéndose cortados por dos bellísimos repisones sobre los cuales vuelan dos vistosas tribunas con antepechos primorosamente calados estando aquellas dispuestas con tanto gusto que exceden á todo encarecimiento encantando á los espectadores. Suben los mencionados pilares hasta el arranque de los cuatro arcos torales en que estriba la elegante cornisa que recibe las pechinas en donde se apea la bóveda, la cual cierra el crucero. Es esta de planta octogonal hallándose en cada una de sus ochavas ó lunetos una ventana de exquisito gusto, y viéndose exornados los pilares que dividen las mismas por otros tantos ángeles que le prestan mayor gracia y realce. Presentan los arcos torales de norte y mediodía, que se ven adheridos al muro de la iglesia, tres cuerpos de arquitectura dignos de examinarse detenidamente.


Sección longitudinal de San Juan de los Reyes - Stüler, Enrique - 1865 - Museo del Prado
Sección longitudinal de San Juan de los Reyes - Stüler, Enrique - 1865 - Museo del Prado

El primero, que es el más sencillo, se compone en el brazo de la izquierda de catorce arcos sobrepuestos y doce en el de la derecha por ocupar el espacio de los dos restantes la puerta que comunica con el Claustro, en cuya clave se ve un escudo de armas con las cinco llagas, timbre de la orden de San Francisco. Hay en el frente de ambos brazos del crucero dos retablos corintios formados por dos columnas y dos pilastras presentando en sus intercolumnios algunos lienzos apreciables, y en el centro dos medallas de madera que figuran á San Juan Evangelista en el del mediodía, y el Bautismo de Jesús en el del norte. Son ambos relieves de bastante mérito y en nuestra opinión pertenecen al siglo XVI.

 

La planta de la iglesia, destinada felizmente á parroquia es de cruz latina. Consta de una sola nave que concluye con un semicírculo en su cabecera, y presenta en su cuerpo principal seis arcos laterales de que hablaremos después. Dividen el crucero del cuerpo de la iglesia dos gallardos pilares, sembrados de ricos ornatos y estatuas de grande mérito, viéndose cortados por dos bellísimos repisones sobre los cuales vuelan dos vistosas tribunas con antepechos primorosamente calados estando aquellas dispuestas con tanto gusto que exceden á todo encarecimiento encantando á los espectadores. Suben los mencionados pilares hasta el arranque de los cuatro arcos torales en que estriba la elegante cornisa que recibe las pechinas en donde se apea la bóveda, la cual cierra el crucero. Es esta de planta octogonal hallándose en cada una de sus ochavas ó lunetos una ventana de exquisito gusto, y viéndose exornados los pilares que dividen las mismas por otros tantos ángeles que le prestan mayor gracia y realce. Presentan los arcos torales de norte y mediodía, que se ven adheridos al muro de la iglesia, tres cuerpos de arquitectura dignos de examinarse detenidamente.

 

El segundo cuerpo se divide en seis espacios ornando los pilares que los separan ocho bellísimas estatuas con delicadas repisas y gallardos joseletes en forma de torrecillas en cuyas cúspides asientan otras tantas estatuas hechas con el mismo esmero, si bien son de más reducido tamaño. Hallase en cada uno de los espacios un escudo de armas de grandes dimensiones, sostenidos todos por doce Leones de no buena escultura, alternando los blasones de Aragón con los de Castilla, y notándose los yugos y flechas entre la gran copia de ornatos que avaloran este rico crucero. Levántanse sobre los escudos airosas pirámides de bella crestería concluyendo estos ornamentos con un friso que da también vuelta á la capilla mayor en el cual se encuentra una inscripción latina que principia con estas palabras:

 

 

Christianissimi principes atgtte preclara celsitudinis Ferdinandus el Etisabeth inmortatis memoria Hispaniarum et tula i/ligue Cecilios el Jerusalem, construerunl etc


 Lateral Interior de la Iglesia de San Juan de los Reyes - Perez Villaamil - sXIX
Lateral Interior de la Iglesia de San Juan de los Reyes - Perez Villaamil - sXIX

El tercer cuerpo tiene en el centro un grande arco á cada lado, en cuyas molduras se divisan bellas estatuas quedando divididas ambas ventanas por un elegante junquillo, y ostentando vidrieras pintadas de vivísimos colores. A cada extremo de los arcos referidos existen tres estatuas siendo mayores que las demás las que están colocadas en el centro lo cual viene á formar una pirámide, cuya forma conserva también el doselete que las cobija.  Son todos estos adornos de piedra calcárea de un color agradable y dulce que contribuye á prestar cierto aspecto venerable á toda la obra.

 

El arco oriental, que divide el crucero de la capilla mayor, presenta un cuerpo de arquitectura compartido en cinco espacios. Debió ocupar los tres del centro el antiguo retablo de que ya en tiempo de don Antonio Ponz solo se conservaban las pinturas como apunta en los cortos renglones que dedica á este magnífico monumento. «Dentro y fuera de la iglesia, dice, hay varios ornamentos y estatuas correspondientes á aquella edad y á la arquitectura en que están colocadas siguiendo el mismo estilo las mas de las pinturas que hay en la iglesia particularmente las del altar mayor, en donde hace la mayor disonancia el maderaje del tabernáculo moderno.

 

Si la iglesia de San Juan de los Reyes tuviera la fortuna de conservar dichas pinturas seria mucho mas estimada de los viajeros: ahora solo existe un pequeño tabernáculo (traído de una de las iglesias en que se ha suprimido el culto) donde en tiempo de Ponz se veía el retablo mayor, cuyas pinturas eran indudablemente otras tantas joyas de las artes.

 

En la parte superior de los espacios del presbiterio hay dos graciosas hornacinas y sobre ellas dos ventanas con brillantes vidrios de colores, cerrando el ábside una media-naranja de airosos contornos.

 

La capilla mayor se levanta sobre el nivel del crucero á la altura de tres gradas, que atraviesan toda la nave.

 

Consta el cuerpo de la iglesia de cinco bóvedas apuntadas y exornadas de crestones y aristas tan gallardas como todos los ornamentos de este bello templo. Sostienenlas cuatro pilares compuestos de esbeltas palmas, ostentando en su centro bellas estatuas de santos y subiendo hasta las bóvedas referidas en donde recogen los arcos, que dividen aquellas.

 

El coro que descansa sobre un magnífico arco tendido de uno á otro extremo de la nave, ocupa la última bóveda siendo digno de examinarse por la belleza y abundancia de ornatos que se advierten en la que él forma, viéndose sembrados de escudos de armas sus elegantes aristones y resaltos pintados de variedad de colores. En la clave del arco citado hay una excelente estatua que representa un heraldo ó rey de armas, puesto de rodillas sobre una graciosa repisa notándose á sus lados los escudos de Aragón y Castilla, y los yugos y flechas, timbres de los reyes Católicos.

 

Rodea toda la iglesia por encima de los arcos que forman las capillas una especie de friso de calados adornos y perforaciones alzándose sobre el arco de la segunda bóveda de la derecha una bellísima tribuna en donde estuvo colocado el órgano hasta la exclaustración de los regulares. Abrese en cada espacio una ventana con vistosas vidrieras, que compiten con las de la Catedral y prestan luz abundante y grata á la iglesia y véase en el friso que separa los dos cuerpos de esta, la siguiente leyenda:

 

 

Este monasterio e  iglesia mandaron hacer los muy esclarecidos príncipes e señores don Fernando y doña Isabel  rey y reina de Castilla e Leon de Aragón de Cecilia los cuales señores por su bienaventurado matrimonio juntaron los dos reinos el dicho señor rey y señor natural de los reinos de Aragón y Cecilia y seyendo la dicha señora reina y señora natural dé los reinos de Castilla y León  el cual fundaron a gloria de nuestro Señor y de la bienaventurada madre suya nuestra señora la Virgen María y por especial devoción que tuvieron.


Iglesia de San Juan de los Reyes - Perez de Villaamil - sXIX
Iglesia de San Juan de los Reyes - Perez de Villaamil - sXIX

 

Las capillas que dejamos mencionadas son siete. La primera del norte comenzando por el crucero está dedicada á la Virgen de la Cabeza, y fue antiguamente enterramiento de don Pedro de Ayala, obispo de Canarias y deán de la iglesia de Toledo. La hornacina del sepulcro donde existe ahora el altar está adornada de un cuerpo de arquitectura plateresca compuesto de pilastras cuajadas de labores y relieves y decorado de estatuas de buena escultura colocadas en seis nichos á los extremos de dicho cuerpo. Circuye el arco del centro una delicada orla, y termina toda esta obra con otro cuerpecillo en donde se contemplan las armas del deán Ayala viéndose en el hueco del arco un Calvario de la misma piedra, mucho más apreciable que las estatuas referidas. Los santos y cuadros que hay en esta capilla son de poco mérito en el muro oriental se nota una pequeña puerta que comunica con el crucero.

 

Ocupa el arco de la segunda bóveda la puerta principal, y tiene la siguiente á ella un retablo moderno con una Concepción bastante mediana y otros cuadros, entre los cuales hay un Nacimiento que no es enteramente despreciable. La tercera capilla de este lado está debajo del coro, y conserva en los espacios en que se divide su bóveda pinturas al fresco de algún mérito, si bien algún tanto maltratadas, leyéndose al pié de ellas la inscripción siguiente;

 

ESTA CAPILLA ES DE FRANCISCO RUIZ URBAN DE LA BARRA,

FAMILIAR DEL SANTO-OFICIO Y JURADO DE TOLEDO, NATURAL DE LA

VILLA DE LUMBRERAS ALCALDE DE LOS HIJOS-DALGO DEL REAL VA-

LLE DE MENA, AÑO DE 1639, Y DE DOÑA ISABEL DE VILLAR

ROEL, SU MUJER, Y DE SUS HEREDEROS, 1650.

 

La primera capilla del mediodía, conocida bajo la advocación de San Antonio, tiene un retablo moderno con estatuas y varios cuadros. Entre esta y la segunda hay un bonito púlpito de planta octógona sostenido por una columna arábiga, presentando en las cuatro ochavas que vuelan fuera del pilar á que está adherido, otros tantos relieves con santos de la orden de San Francisco. Adornaban en otro tiempo los salientes de las ochavas varias estatuas pequeñitas, colocadas en sus correspondientes nichos, lo cual debía producir un agradable efecto al presente han desaparecido, hallándose todo el púlpito bastante maltratado y faltando la escalera.

 

La segunda capilla dedicada á San José, encierra un retablo de orden corintio con cuatro columnas istriadas, adornado de varios lienzos en su zócalo é intercolumnios. A los lados hay dos estatuas de tamaño natural colocadas en dos pedestales: representan á San Pablo, primer ermitaño, y á San Juan Evangelista, y son dignas de mencionarse. El retablo referido cubre una antigua hornacina de gusto gótico que debió servir de enterramiento en un principio.

 

La tercera capilla se llama del Cristo de la Fe, y tiene un retablo igual al de la de en frente. El Cristo que se venera en su altar es de mala escultura: á la derecha hay un cuadro que representa una Piedad  en donde se advierten buenas prendas, haciéndole apreciable.

 

La cuarta capilla encierra algunos santos retablos y fragmentos de estatuas que deben haber pertenecido á otras iglesias.

 

Las dimensiones de la iglesia son, finalmente ciento noventa y cinco pies de longitud y cuarenta y tres de latitud, excluyendo las capillas, que tienen en cada lado quince pies de extensión. El crucero ensancha más que la nave por uno y otro brazo veinte y seis pies, guardando igual proporción en su latitud respectiva.


Claustro de San juan de los Reyes - Perez de Villaamil - sXIX
Claustro de San juan de los Reyes - Perez de Villaamil - sXIX

Réstanos dar una idea del magnífico claustro de San Juan de los Reyes. Conocido y celebrado este suntuoso edificio por cuantos viajeros han venido á España y escrito de artes goza en casi toda Europa de una fama extraordinaria no encontrándose obra alguna pintoresca en donde no figure en primer término.

 

 

En origen era un claustro doble del tipo del que podemos ver en el hospital de Juan Bautista, El Claustro llamado del Rey Destruido en 1808 el lado de mediodía, en donde existía una suntuosa y única Biblioteca. Solo se miran ahora las bóvedas de oriente, norte y occidente del claustro llamado de la reina, revelando el grado de brillantez á que habían llegado á fines del siglo XVI las artes españolas.

 


Planos de San Juan de los reyes por Juan Guas. en ellos se ve el desaparecido claustro del Rey y las también desaparecidas dependencias Reales, Archivo Histórico Nacional
Planos de San Juan de los reyes por Juan Guas. en ellos se ve el desaparecido claustro del Rey y las también desaparecidas dependencias Reales, Archivo Histórico Nacional

 

 

Han participado también de esta admiración y entusiasmo nuestros vecinos los franceses, echándonos alguna vez en cara el mal estado en que el claustro de San Juan de los Reyes se encuentra, sin advertir que sus inculpaciones deberían dirigirse más bien contra sus compatriotas, como arriba advertimos.

 

El claustro pues, cuya planta es cuadrada dejando en el centro un corte de setenta y cinco pies, se componía de veinte y cuatro bóvedas cruzadas de aristones y resaltos de exquisito gusto y sostenidas por elegantes y ligeros arcos que descansan en airosos pilares.


Ruinas del claustro de san Juan de los reyes - Cecilio pizarro sXIX, asi se encontraba entre 1808 y 1870
Ruinas del claustro de san Juan de los reyes - Cecilio pizarro sXIX, asi se encontraba entre 1808 y 1870

Contémplense en los pilares referidos bellas repisas que sostienen estatuas de santos de la orden de San Francisco cubiertas de preciosos doseletes, advirtiéndose en cada ángulo tres figuras, que forman un gracioso grupo. Son las estatuas de bastante mérito artístico  si bien aparecen mucho mas estimables en el lugar que ocupan por estar en consonancia con el género de arquitectura gótica; las del costado del norte sin embargo nos parecen más proporcionadas teniendo además mejores ropajes y cabezas lo cual nos hace sospechar que sean debidas al escultor que hizo el Apostolado de la puerta de los Leones con cuya manera conservan grande analogía.

 

Hallase todo el claustro sembrado de follajes, animalejos grotescos y otros adornos del gusto gótico de tan delicada labor y ejecutados con tal inteligencia que atraen por largo tiempo la vista y la atención de los viajeros.

 

Causa en medio de tanta riqueza grande lástima el encontrar muchas estatuas dolorosamente mutiladas así como otros ornamentos habiendo llegado el abandono hasta el punto de desaparecer estatuas enteras de las repisas, debiendo advertirse que son poco menores que el natural y de piedra, lo cual impide el que sean fácilmente sustraídas.

 

En el año de 1827, restaurada gran parte del convento, pensaron los frailes en levantar el claustro derruido colocando en el muro que fabricaron nuevamente las piezas y estatuas que pudieron sacar de entre las ruinas la obra no se continuó sin embargo y los fragmentos que al parecer se habían salvado volvieron a caer entre los escombros, permaneciendo en el mismo estado hasta nuestros días con harto sentimiento de cuantos buenos patricios llegan á aquel recinto que mal informados de las causas que han contribuido á semejante destrozo, dejan en aquellas paredes auténticos testimonios de la indignación que experimentan.

 

No pasaremos adelante sin apuntar aquí que establecida en aquella capital la Comisión de monumentos artísticos en cuyo seno se cuentan personas de conocido celo y amor á las glorias nacionales ha llamado seriamente su atención el claustro de San Juan he los Reyes, constándonos que no omitirá medio alguno para conservar tan preciosa joya. Quiera Dios que venza las dificultades con que lucha

 


Corte longitudinal del claustro de San Juan de los Reyes en Toledo - Domingo Martínez Aparici - sXIX - Museo del Prado
Corte longitudinal del claustro de San Juan de los Reyes en Toledo - Domingo Martínez Aparici - sXIX - Museo del Prado

Tiene el claustro en los muros de oriente y occidente dos bellas portadas de cortas dimensiones viéndose en la clave de la segunda una Verónica con el rostro de Jesucristo, obra de la misma época que las estatuas descritas.

 

En el lado del norte se ve la entrada á la escalera que conduce al claustro alto en donde se conserva todavía la celda habitada por el cardenal Cisneros, después de la persecución que sufrió por su autoridad y rigidez de costumbres. Trazó la escalera el celebrado Alfonso de Covarrubias, á cuyo cargo estaba á la sazón la obra del Alcázar real, y cubrirla con una media naranja de suntuoso aspecto ornada de casetones que van estrechándose basta llegar al cerramiento, ostentando bellos llorones de entalle.

 

Forman las pechinas grandes conchas viéndose á sus lados escudos con las armas imperiales y en los ángulos cuatro angelones de grandiosa escultura, que producen un efecto agradable.

 

En el hueco de la escalera hay otra portada, con ornamentos góticos de buen gusto notándose sobre su clave una Crucifixión de la misma época que las estatuas del claustro y de la iglesia, Es toda esta obra de piedra calcárea igual á la de la Catedral, cuya circunstancia contribuye a darle cierta dulzura y belleza de tintas que encantan la vista de los inteligentes.

 

Réstanos examinar la fachada de la portería, situada al oriente del edificio consiste aquella en un arco, que se levanta sobre la puerta ostentando en su centro una magnífica cruz revestida de graciosos follajes viéndose sobre su cima un pelícano que da las entrañas á sus hijos, y á los lados las estatuas de San Juan y la Virgen dignas de todo aprecio por sus bellas proporciones, por la expresión y el movimiento de entrambas, y por la grandiosidad y buena disposición de los paños. Pertenecen sin embargo á la misma época que todo el convento, y son en nuestra opinión de la misma mano que las figuras del norte del claustro. Tal es el famoso monumento de San Juan de los Reyes en cuya descripción hemos tratado de observar toda la exactitud posible si bien con la brevedad que el plan de esta publicación exige.


San juan de Los reyes - fachada de la portería "Entrada a los Claustros" - Real Academia de Bellas Artes de san Fernando 1909 - Desde foto de J. Laurent 1860
San juan de Los reyes - fachada de la portería "Entrada a los Claustros" - Real Academia de Bellas Artes de san Fernando 1909 - Desde foto de J. Laurent 1860

Notas:

En el último cuarto del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX, San Juan de los Reyes seria restaurado y reconstruido,

A Mediados del siglo XX, seria restituido como convento Franciscano

El lugar que antes ocupó el claustro del Rey que se perdió en 1808 lo ocupan actualmente la entrada al convento franciscano y la escuela de Artes de Toledo.

La puerta de la portería sería cambiada de posición dando mas anchura a la calle Reyes Católicos

 

Fuentes;

Toledo Pintoresca - Jose Amador de los Rios 1845.

 

Imágenes:

Museo del Prado

Real academia de San Fernando

Archivo Histórico Nacional