El Pozo Amargo


Pozo árabe de Toledo -Valeriano Domínguez Bécquer - sXIX
Pozo árabe de Toledo -Valeriano Domínguez Bécquer - sXIX

Se trata de una leyenda muy conocida, pero que la tradición sitúa erróneamente en un brocal existente en la calle pozo amargo, la verdad es que la leyenda/historia transcurre en una casa situada en la calle Bajada del Pozo amargo, Casa que recientemente ha sido derribada para la construcción de un hotel y de la cual en el archivo municipal se conservan registros de que perteneció a Raquel Fermosa nombre de la protagonista de la leyenda.

 

Quizás esta confusión se deba a que el brocal en que la tradición sitúa la leyenda, ya se conocía como Pozo amargo desde mucho antes ya que este no es un pozo de agua en verdad se trata de la entrada a una antigua cárcel de origen árabe. En todo caso la leyenda que nos ocupa no cambia y transcurre del siguiente modo.

 

Corrían los tiempos en que tras la reconquista cristiana Toledo capital del reino en que moros, cristianos y judíos vivían juntos pero sin mezclarse. La única relación entre unos y otros eran los negocios porque el dinero no entiende de religiones, por lo demás cada uno vivía en su barrio procurando no cruzar los límites que les separaban de los demás. En una de las calles de Toledo, conocida como Bajada del Pozo Amargo, en un gran palacio Vivía un rico Judío de Nombre Samuel

 

El judío era viudo y sólo tenía una hija de nombre Raquel, Un día que estaba asomada a una ventana fue observada por un joven cristiano de noble familia, algunos le ponen el nombre de Fernando y otros el de Alfonso en verdad nadie recuerda su nombre, este se enteró del nombre de ella y de que   en las tardes ella se encontraba cuidando el jardín que tenía la casa, No le resultó fácil introducirse en la casa pero lo consiguió saltando el muro que cerraba el jardín y en silencio y temblando por la emoción y por el miedo logro hablar y entre ellos surgió el amor, 

 

Estos encuentros se sucedieron noche tras noche procurando no ser descubiertos pues ambos sabían que las relaciones entre una judía y un cristiano no serían aprobadas por nadie, pero para ellos su amor era lo más importante y aunque quisieran ya no podrían dejar de verse y de amarse.

 

Pero como sucede siempre, los secretos no duran mucho y llegó una noche en que los enamorados fueron descubiertos  Esto enfureció sobremanera al padre, de tal manera que lo primero que le vino a la mente fue la venganza y aunque no dejaba de reconocer que su hija no estaba exenta de culpa al traicionarlo con una relación amorosa totalmente prohibida para ella, su odio se volcó en el muchacho haciéndolo responsable de todo el daño.

 

A la noche siguiente el padre salió de casa antes que su hija y dirigiéndose hacia el lugar de las citas se escondió protegido por las sombras apretando en su mano un puñal que guardaba bajo su capa. El siguiente en llegar fue el joven que confiado se sentó en el brocal del pozo para esperar a su amada cuando de pronto se vio empujado hacia la boca del pozo, sintió en las entrañas el frío del acero toledano que le arrancó la vida cayendo a la espesa negrura del Pozo.

 

Un grito espantoso rompió el silencio de la noche, el agresor se giró encontrándose de frente a su hija que había presenciado la lucha viendo con horror cómo su amado moría a manos de su padre. Volvió el silencio a la casa mientras la joven caía desvanecida al suelo de donde la recogió su progenitor que envolviendola en su capa la trasladó a su cuarto.

 

Día tras día intentaron hacerla responder, pero ella estaba como muerta, Ni comía, ni hablaba con nadie, únicamente se acercaba al pozo del jardín que fuera el lugar de sus citas y tantas fueron las lágrimas que derramó que el agua del pozo se volvió amargo, una noche se asomó al brocal viendo la luna reflejada en el agua de tal forma que le pareció el rostro de su amado y sin dudarlo ni un momento se arrojó con la idea de reunirse con el que fue el amor de su vida.

 

Este suceso conmocionó a la ciudad, destrozó la vida del judío que nunca pudo perdonarse la muerte de su hija, tras conocerse la noticia fue juzgado por el asesinato del joven y ajusticiado. Hay quien dice, que durante mucho tiempo, antes de que el Jardín y el pozo desaparecieran, muchas noches se podían ver las figuras de los dos jóvenes que se dirigían hacia lugar, en donde se besaban apasionadamente y luego desaparecen como si de un retazo de niebla se tratara.