Cuentan como Hércules Recorrió la España bella Siglos há, buscando humilde Saludable y noble tierra.
Rebujado en burda manta, Que con sus manos tegiera, Burlaba estivos ardores O de Enero la inclemencia.
Cruzando empinadas cumbres Y deliciosas laderas, Dicen que llegó junto á un río Que regaba extensa vega.
Subió unas quebradas rocas Que Dios puso en su ribera, Y al mirar de la campiña La encantadora grandeza,
Gritó:
«Mí raza fornida Imprimirá aquí su huella: Generaciones invictas Brotarán de entre estas breñas».
Con árboles arrancados De cercanas alamedas, Formó sencillos tugurios Y utensilios para guerra.
Después, unido á sus hijos, Que le seguían de cerca, Gozoso les relataba Cuanto poco há concibiera
Todos á una voz, sumisos De su padre á la presencia, Contestaron:
«Nuestra patria Toledo por siempre sea».
Y construyeron murallas Junto al Tajo, y sobre peñas, Dentro de cuyo recinto Se alzó la corte de Iberia.