La parroquia de San Andrés es una de las más antiguas fundaciones de Toledo, después de su gloriosa conquista. Consta su iglesia de tres naves, restauradas en el siglo último, conservándose únicamente de la primitiva iglesia dos capillas colaterales inmediatas á la mayor, cuyas bóvedas son de gusto arábigo, exornadas con gruesas labores de estuco. La capilla mayor pertenece al género gótico-gentil, siéndolo tanto que hace recordar el magnífico crucero de San Juan de los Reyes, al contemplar los gallardos pilares y las atrevidas bóvedas que forman el de esta iglesia; viéndose enriquecidas de bellos resaltos y aristones que les prestan mucha suntuosidad. En el centro de los muros sobre que estriban los arcos torales se encuentra en caracteres góticos la siguiente leyenda:
EL MUY NOBLE CABALLERO DON FRANCISCO DE ROJAS MANDÓ FUNDAR Y DOTAR ESTA CAPILLA CON MUY GRANDES INDULGENCIAS, PARA REPOSO DE SUS PADRES E PARIENTES Y SALVACION DE TODOS LOS FIELES CRISTIANOS: ESTANDO EN ROMA POR EMBAJADOR DE LOS MUY CATOLICOS REYES DON FERNANDO E DOÑA ISABEL, REY E REINA DE LAS ESPAÑAS Y DE NAPOLES E DE SICILIA E JERUSALEM, NUESTROS SEÑORES, NEGOCIANDO ENTRE OTROS MUY ARDUOS NEGOCIOS DE SUS MAGESTADES LA EMPRESA E CONQUISTA DEL REINO DE NAPOLES: LA CUAL ES Y TODAS LAS VICTORIAS DE SANTIAGO EN SERVICIO DE LA SANTA TRINIDAD Y DE LA GLORIOSÍSIMA VIRGEN SANTA MARÍA, NUESTRA SEÑORA E DE TODOS LOS SANTOS.
Ocupa el espacio del centro un retablo antiguo adornado de multitud de tablas de la misma época en que se construyó la capilla, tanto más interesantes para los inteligentes cuanto que revelan el estado que la pintura tenía entonces. Levantase encima de este retablo una gallarda cruz de piedra aneja al muro, y con tan bellos entalles, que puede compararse con la que se conserva en la portería del claustro de San Juan de los Reyes. A los lados del medio círculo del altar mayor hay otros dos que ostentan también apreciables tablas, pareciéndonos mucho más dignas de aprecio las seis que existen en el lado del Evangelio. Háyanse en ambos brazos del crucero dos graciosas hornacinas góticas, con labores de buen gusto, las cuales contienen cuatro sencillos túmulos terminando con airosas pirámides y crestones. En la primera del lado de la Epístola hay una lápida latina en caracteres monacales, en la cual se expresa que yacen allí los restos de un famoso soldado, llamado Alfonso, reconocido entre sus contemporáneos por su piedad, su prudencia y su largueza para con los pobres; habiendo «finado á veinte y nueve días andados de octubre, era de mil trescientos cuarenta y tres años.»
En los nichos del lado del Evangelio se contemplan un Crucifijo y una Virgen de las Angustias de talla, obra de bastante mérito por pertenecer también á la época de la fundación de la capilla: á los lados del primero se lee: «Salvator munm, salvanos,» bailándose en el mismo el siguiente epitafio, que trasladamos gustosos por la originalidad con que está escrito:
ÁLPHONSUS HIC JACEO: MECUM CONJUX MARINA EST.
FILIUS HOC CLAUDIT LAPIDE FSANCISCUS.
Encierra esta iglesia algunos lienzos y tablas de bastante precio, pareciéndonos dignos de mencionarse las que existen en la sacristía, que representan la Adoración de los Reyes, cuadro firmado por Antonio Vandepere en 1677; el Oratorio que sirvió de retablo en la antigua capilla de la Epifanía, obra que llama la atención más bien como un monumento histórico que artístico, y una copia de Guido Reni, citada por don Antonio Ponz, la cual representa á Lot emborrachado por sus hijas. No creemos que deben pasarse en silencio tampoco el Calvario, pintado por Alejandro Seminus, en cuyos ángulos inferiores existen dos retratos de rodillas, que deben representar á los patronos del altar en que se halla el San Francisco y el San Pedro de la capilla de la Paz , atribuidos al Greco, Santa Águeda y Santa Cecilia , cuadros de buena manera de mano de Bernabé Galves ejecutados en 1807, y finalmente una copia del fresco de Bayen que figura el Sacrificio del niño de la Guardia, hecha con bastante exactitud é inteligencia.
Según la opinión de algunos cronistas toledanos, entre ellos el conde de Mora , fundador de la capilla mayor que dejamos descrita, fue San Andrés mezquita sarracena, habiéndose conservado en su atrio hasta la época del referido escritor varias leyendas arábigas, que no han sido interpretadas. Es creíble que cuando por mandado de Juan Gutiérrez Tello se destruyeron otras muchas inscripciones de este género, de que hablaremos en su lugar, desaparecieran también las citadas por el conde de Mora.
El edificio de origen árabe, conserva muchos restos entre los que destaca su portada principal, única en su género en Toledo. Es de estilo almohade, rematada por arquillos sobre columnas vidriadas encontrándose en ella restos visigodos, fue una de las pocas iglesias que contaba con un claustro de origen árabe, anteriormente usado como cementerio parroquial y tras estar tapado, se redescubrió al proceder al derribo de una casa aneja a la iglesia, se perdió en 1987 al construir una residencia para el seminario. en los terrenos ocupados por la casa.
Fuente: Toledo Pintoresca José Amador de los Ríos